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Desde el 2003 Altos Las Hormigas explora las muchas posibilidades que ofrece la variedad Bonarda, una cepa con gran capacidad de transmitir su identidad de origen. Como resultado, encontraron otra veta del Bonarda, la que puede producir vinos livianos y frescos. Este vino rosado es un nuevo cambio de paradigma para la variedad. Posee un color salmón con reflejos cobrizos. La nariz es delicada, con notas de granada, membrillo fresco, pimienta blanca, notas de flores blancas como el jazmín de lluvia, y sutiles notas de frutillas frescas y cáscara de quinoto. En boca es muy jugoso y de gran textura, con una acidez crujiente y granular. Tiene un volumen medio en el paladar, donde predominan las notas cítricas y frutadas. Un vino fresco, equilibrado y de gran fineza.
 
100% Bonarda

Cosecha manual. Prensado directo de racimos enteros. Contacto mínimo sobre lías. Fermentado a 16°C durante 10 días, con levaduras nativas. Crianza 6 meses en piletas de concreto. Sin paso por roble. Crianza en botella por 3 meses. Orgánico y Vegano.

Región Luján de Cuyo, Mendoza, Argentina.

Cuando en 1996 el primer viñedo de la Bodega Altos Las Hormigas fue plantado, los trabajadores se enfrentaron a un duro altercado con las colonias de hormigas locales. Al buscar maneras naturales para desviar su atención y no eliminarlas, los trabajadores comentaban que las hormigas eran las «verdaderas» propietarias del lugar. Así nace el nombre de la  bodega. Hoy la «hormiga» significa el trabajo duro, el juego en equipo, un símbolo y un amuleto de buena suerte. Por otra parte, «un trabajo de hormigas» es la frase argentina usada para describir un trabajo humilde, paciente y prolongado. Altos Las Hormigas es el proyecto ítalo-chileno de Antonio Morescalchi, Alberto Antonini, Attilio Pagli, Pedro Parra, Albert Cussen, Pedro Donoso y Patricio Bustamante en el corazón de Mendoza, inicialmente en Luján de Cuyo donde tienen la bodega y 211 hectáreas de tierra donde sembraron 47 hectáreas de Malbec entre 1996 y 2012 y otras seis hectáreas de Bonarda en el 2007. Posteriormente sembraron 54 hectáreas en Altamira en el Valle de Uco con otras variedades para mantener la biodiversidad.

Altos Las Hormigas Rosa Bonarda

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Desde el 2003 Altos Las Hormigas explora las muchas posibilidades que ofrece la variedad Bonarda, una cepa con gran capacidad de transmitir su identidad de origen. Como resultado, encontraron otra veta del Bonarda, la que puede producir vinos livianos y frescos. Este vino rosado es un nuevo cambio de paradigma para la variedad. Posee un color salmón con reflejos cobrizos. La nariz es delicada, con notas de granada, membrillo fresco, pimienta blanca, notas de flores blancas como el jazmín de lluvia, y sutiles notas de frutillas frescas y cáscara de quinoto. En boca es muy jugoso y de gran textura, con una acidez crujiente y granular. Tiene un volumen medio en el paladar, donde predominan las notas cítricas y frutadas. Un vino fresco, equilibrado y de gran fineza.
 
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Cosecha manual. Prensado directo de racimos enteros. Contacto mínimo sobre lías. Fermentado a 16°C durante 10 días, con levaduras nativas. Crianza 6 meses en piletas de concreto. Sin paso por roble. Crianza en botella por 3 meses. Orgánico y Vegano.

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Cuando en 1996 el primer viñedo de la Bodega Altos Las Hormigas fue plantado, los trabajadores se enfrentaron a un duro altercado con las colonias de hormigas locales. Al buscar maneras naturales para desviar su atención y no eliminarlas, los trabajadores comentaban que las hormigas eran las «verdaderas» propietarias del lugar. Así nace el nombre de la  bodega. Hoy la «hormiga» significa el trabajo duro, el juego en equipo, un símbolo y un amuleto de buena suerte. Por otra parte, «un trabajo de hormigas» es la frase argentina usada para describir un trabajo humilde, paciente y prolongado. Altos Las Hormigas es el proyecto ítalo-chileno de Antonio Morescalchi, Alberto Antonini, Attilio Pagli, Pedro Parra, Albert Cussen, Pedro Donoso y Patricio Bustamante en el corazón de Mendoza, inicialmente en Luján de Cuyo donde tienen la bodega y 211 hectáreas de tierra donde sembraron 47 hectáreas de Malbec entre 1996 y 2012 y otras seis hectáreas de Bonarda en el 2007. Posteriormente sembraron 54 hectáreas en Altamira en el Valle de Uco con otras variedades para mantener la biodiversidad.